El IAIDO nace como Arte Marcial cuando es comprendido como una vía de superación personal y no una mera técnica defensiva con katana (finales del siglo XIX). Sintéticamente podemos decir que es un arte marcial que hace hincapié de las tres P, percepción, precisión y potencia. Sus técnicas tienen origen en los antiguos métodos de defensa que utilizaban los samurais con la portación civil del sable, es decir, con ropa de calle (sin armadura) con el filo hacia arriba. Desde esta posición se puede realizar un corte en el primer movimiento sorprendiendo al atacante. La aparición de las técnicas de Iai se remontan al siglo XV, época de gran turbulencia social y política, e integraban el bagaje de recursos de la esgrima samurai. Mantener estas técnicas en secreto en el clan era fundamental para asegurar la eficacia por medio de la sorpresa. Así fueron trasmitidas, con gran reserva, estas técnicas de Iai-jutsu a través de los siglos. Producido el desenvaine las técnicas que continúan son de Ken jutsu (esgrima) ocupando el entrenamiento del Iai una pequeña porción del entrenamiento general del samurai, sin embargo, al favorecer el estado de SANSHIN (alerta relajada ó atención flotante) hacía que la percepción se desarrollara, siendo mínimo el tiempo para ejecutar una defensa efectiva esta debía ser exacta, por eso el entrenamiento de la precisión y para concluir satisfactoriamente se debía ejecutar con la suficiente potencia.

En la actualidad los practicantes de Iaido se acercan a él para aprender el manejo de un arma casi mítica y los valores de un guerrero arquetípico como lo es el Samurai. La estricta etiqueta, el silencio interno y circundante, el respeto del tiempo de cada uno, lo no competitivo de la actividad, la marcialidad no autoritaria son características de las clases. Al encontrar este encuadre el aprendiz llega a ser practicante en la medida que su autoexigencia y voluntad lo impulsan en el camino. Del profesor recibirá guía técnica y ética, el empuje debe ser el propio, alimentándose la pasión por aprender profundizando en el conocimiento de la conducta de grandes maestros y héroes de la historia japonesa.

El Iaido es un arte marcial nacido del Kenjitsu  (esgrima de sable japonés) que desarrolla y perfecciona el momento del inicio del combate con sable.  Se lo conoce como “el arte de desenvainar cortando” debido a que su primer movimiento es un inesperado y veloz corte.

Se considera creador del Iaido a Hayashinzaki Jinzuke Shigenobu  en el siglo XV, apareciendo como necesidad defensiva de los samurai ante ataques inesperados, sorpresivos y arteros.  Desde ese entonces cada estilo de esgrima, o cada clan van desarrollando distintas técnicas defensivas, trasmitiéndose secretamente la mayoría de éstas.  El secreto era indispensable de mantener para que la sorpresa de la técnica fuera efectiva.

Llegando a nuestros días (siglo XX) el Iaido  le era enseñado a avanzados de Kendo y Kenjitsu.  En los últimos años comienza a ser enseñado y difundido separadamente dada la entidad de la herramienta de investigación que proporciona.

Por supuesto que aprendiendo Iaido también deben aprenderse técnicas de Kenjitsu y/o Kendo, dado que producido el inicio del combate y practicado el desenvaine, lo que continúa, de ser necesario, son técnicas de la esgrima de sable japonés.

Actualmente el Iaido se encuentra regido mundialmente por la All Japan Kendo Federation.

Para una correcta enseñanza de la disciplina los maestros de todos los estilos antiguos crearon, en la década del 50 del siglo XX, un estilo didáctico básico denominado Seite Iai.

Todo practicante de Iai debe desarrollar a la perfección este estilo didáctico para ser introducido en los estilos antiguos “Koryu”.  Actualmente se reconocen y practican alrededor de 20 estilos antiguos, que mantienen viva la raíz histórica de los clanes samurai.

A través de la práctica del Iai se persigue, además de la utilización correcta del sable (Daito o Katana), el mayor desarrollo de las posibilidades estratégicas; la coordinación de diferentes movimientos a distintas velocidades ejecutadas al unísono, una atención abierta y general que permite ver todo sin fijarse en nada.  Todo esto se puede resumir en Percepción, Precisión y Potencia.

Carlos Guillermo Loffreda
II Dan de Iaido

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